Se intensifica la concentración del sistema bancario

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El pánico bancario actual es más prueba que nunca de la imposibilidad de un «aterrizaje suave» para los bancos centrales. Ante la quiebra del Silicon Valley Bank y el riesgo creciente de nuevos incidentes, la ansiedad se ha apoderado de los mercados y se han sucedido las ventas forzadas. Como en diciembre de 2019 durante la crisis de los repos, o en marzo de 2020 durante la crisis sanitaria, los bancos centrales han intervenido recientemente con medidas sin precedentes para evitar lo peor. La concentración del sistema financiero se amplifica así, en detrimento de la economía real.

Medidas nuevas y sin precedentes

En sólo unos días, el banco central estadounidense ya ha inyectado cerca de 300.000 millones de dólares en el sistema financiero estadounidense, una cantidad superior a la utilizada durante la crisis de 2007-2008. Ha borrado así la mitad de los efectos de la reducción de su balance (ligada a su endurecimiento monetario) que inició el pasado mes de junio para luchar contra la inflación. Este «pivotaje» es el escenario que preveíamos a principios de año… inherente al dilema de las instituciones monetarias (no han reducido -todavía- sus tipos, como veremos más adelante).

Al mismo tiempo, la Fed ha puesto en marcha un nuevo programa llamado BTFP, que permite a los bancos endeudarse masivamente (la capacidad total del fondo sería de 2 billones de dólares, según JP Morgan). Y, en una medida sin precedentes, los títulos colocados como garantía de estos préstamos se establecen a su valor nominal (cuando se emitió el título) y no a su valor de mercado (es decir, su valor actual), mientras que las instituciones financieras estadounidenses mantienen pérdidas no realizadas estimadas en más de 600.000 millones de dólares. Esto da a los bancos un poder de préstamo casi ilimitado. De hecho, si se alcanza el importe de este programa, ¿qué impedirá a la Fed aumentarlo o establecer uno nuevo?

Para tomar la medida de este fenómeno, durante la crisis de la deuda soberana, el BCE utilizó recortes del 50% sobre los bonos soberanos griegos -basados en su valor de mercado- como medio de disciplina fiscal. Si el BCE hubiera hecho lo que está haciendo ahora la Fed, la situación de Grecia y de la zona euro sería hoy completamente diferente. Pero el euro no tiene la hegemonía del dólar ni el BCE la importancia de la Fed…

Balance de la Reserva Federal (Fed)

Pérdidas no realizadas de los bancos estadounidenses hasta la fecha, estimadas en 600.000 millones de dólares por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC).

Sin embargo, este dominio del tiempo mediante la emisión de nuevas deudas no es más que una ilusión porque todo está cambiando… y el vicio aprieta más que nunca a las instituciones monetarias. Así pues, las consecuencias futuras no harán más que aumentar a medida que continúe esta carrera precipitada. A menos que los bancos centrales decidan un cambio de paradigma o consigan controlar la situación hasta que se implante una moneda digital del banco central (CBDC).

Necesidad de dólares

A pesar del pánico bancario actual, los bancos centrales han anunciado varias subidas de los tipos de interés. En particular, el Banco de Inglaterra ha emprendido una subida del 0,25%, con lo que sus tipos se sitúan en el 4,25%. El banco central suizo ha subido recientemente los tipos un 0,5%, a pesar del colapso bancario del Credit Suisse.

Estas decisiones están motivadas por el nivel de inflación, que sigue siendo muy elevado, y cuyos efectos no pueden ignorarse. Sobre todo porque el aumento de los precios sigue anclado en la mayoría de las economías occidentales, como demuestra la aceleración de la inflación en el Reino Unido en febrero – hasta el 10,4% – tras varios meses de ralentización.

Además, los bancos centrales de fuera de Estados Unidos no temen tanto los efectos de sus subidas de tipos sobre la estabilidad financiera como los de la Fed. La apreciación del dólar, impulsada principalmente por la política monetaria de la Fed, presenta un riesgo sistémico. Enfrentados a costes de financiación más elevados en dólares, los bancos europeos – entre otros – podrían verse confrontados a riesgos importantes debido a la gran proporción de moneda estadounidense en sus cuentas de orden.

Según el Banco de Pagos Internacionales, los bancos no estadounidenses (sin sede en EE.UU.) tenían casi 39 billones de dólares en deuda oculta en derivados en sus balances a finales de 2022.

Por esta razón, tras la reciente compra de Credit Suisse por UBS, (que evitó la quiebra del banco suizo y con ello una crisis sistémica), todos los bancos centrales occidentales se han coordinado para garantizar una mejor distribución de la liquidez en dólares. Las líneas swap en dólares (préstamos renegociados periódicamente) distribuidas por la Fed a los principales bancos centrales occidentales se establecerán a partir de ahora diariamente en lugar de semanalmente, con el fin de garantizar a las instituciones financieras europeas un acceso permanente a los dólares en caso de pánico bancario.

Al día siguiente de este comunicado, el Banco Nacional Suizo obtuvo 100.000 millones de dólares, que prestó directamente a las instituciones financieras suizas para garantizar sus necesidades en moneda estadounidense.

La última vez que se produjo un escenario semejante fue durante la crisis de 2007-2008, cuando quebró Lehman Bank. Los banqueros centrales de la Fed se reunieron y proporcionaron liquidez en dólares para evitar un contagio mayor de la crisis bancaria. El paralelismo con los últimos tiempos es asombroso… pero las cantidades hoy son mucho mayores.

Hacia un sistema financiero cada vez más concentrado

Estos incidentes en los mercados perjudican especialmente a los pequeños y medianos bancos, que están sufriendo retiradas masivas de depósitos, sobre todo en Estados Unidos. Aterrorizados por la inestabilidad financiera, los depositantes estadounidenses prefieren retirar su dinero en efectivo o colocarlo en los grandes bancos, anunciados recientemente como los únicos «protegidos en futuras quiebras bancarias» según la Secretaria del Tesoro J. Yellen.

Esto se suma a muchos de los retos a los que se enfrentan estos bancos. Según el economista Torsten Sløk, «los bancos regionales se ven afectados por el aumento de los costes de financiación, los riesgos de los depósitos, las presiones regulatorias y el descenso de los activos, incluidas las futuras pérdidas de crédito por los efectos retardados de las subidas de la Fed.»

Aunque estos bancos (los más débiles que los 25 mayores bancos) representan el 38% del total de préstamos en Estados Unidos, su debilitamiento representa una amenaza a largo plazo para la actividad económica del país. Sobre todo porque el crecimiento anual de la productividad estadounidense ha sido de sólo el 0,5% desde 2008, mientras que entre 1870 y 1970 fue cercano al 2%.

Estados Unidos avanza así hacia un modelo financiero altamente concentrado, que recuerda al de la URSS o al modelo chino bajo Mao Zedong, que acabaron mostrando sus límites…

Por el contrario, lo que comúnmente se denomina el «milagro alemán» o la «recuperación económica china» (desde la toma de posesión de Deng Xiaoping en 1978) son ejemplos del éxito de un sistema financiero descentralizado. El gran volumen de bancos públicos regionales y cajas de ahorros en Alemania y China permitió una velocidad del dinero relativamente alta y una gran distribución del crédito para la actividad económica productiva. Esto ha ayudado a estimular sus respectivas industrias y ha contribuido a la prosperidad de la economía.

Así pues, la intensificación de la concentración bancaria (que no se limita a Estados Unidos y que ya lleva varios años en marcha en muchos países) amplifica el control y el poder de estos bancos sobre los ciudadanos y los Estados, y corre el riesgo de dañar profundamente el tejido económico de estos países a medio y largo plazo.

El oro se beneficia de la situación

Ante esta situación, en un periodo de incertidumbre, el precio del oro no ha dejado de subir desde principios de marzo. Recientemente superó los 2.000 dólares por onza en la Bolsa de Londres, antes de estabilizarse en torno a los 1.950 dólares.

Dado que la inestabilidad financiera no parece remitir, y que la Fed empieza a ralentizar el ritmo de sus subidas de tipos de interés (acaba de subirlos un 0,25% cuando inicialmente preveía un 0,5%), todo hace pensar que el precio del metal amarillo se mantendrá en torno a los niveles actuales en las próximas semanas y meses, o incluso seguirá subiendo.

Los inversores prefieren comprar oro a bonos (ya que los tipos reales siguen siendo negativos), y muchos bancos centrales siguen aumentando sus reservas de metal amarillo para desdolarizar, diversificar sus reservas y protegerse de posibles sanciones estatales.

Clave importante respecto al oro

Este valioso metal desde su hallazgo, se ha definido como una vía de pago y una manera de almacenar riqueza. Cabe destacar que el oro no tiene ningún valor inherente, es valorado porque es limitado y se guarda sin problemas. Desde hace muchos años, este valioso metal ha sido una moneda con mucha estabilidad, y muchos países han elegido este metal dorado como su divisa de curso legal.

En la actualidad, el oro continúa siendo una alternativa de cambio muy apreciada y una manera de almacenar riqueza en tendencia, y se espera que su precio siga en alza.

Si buscas invertir en oro, es clave que controles su precio de forma regular. Por este motivo te aconsejo que eches un vistazo a la categoría ► precio del oro por gramo, donde puedes encontrar gráficos al minuto para que puedas realizar un control exhaustivo a este valioso metal.

Para terminar, no olvides visitar https://preciogramooroya.com/ a diario para estar al día sobre el sector de este metal tan valorado y demás metales en general. Te espero en la siguiente publicación.

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