Crisis de las criptomonedas, inflación descontrolada en Europa y compras récord de oro

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Esta semana, la actualidad está marcada por la crisis de confianza en todo el sector de las criptodivisas tras la espectacular caída de la plataforma de intercambio FTX. Este artículo no volverá sobre este acontecimiento del que se ha hecho eco ampliamente la prensa financiera. Nuestro objetivo no es seguir este mercado en particular.

Sin embargo, podemos esperar lógicamente que este nuevo «cisne negro» complique un poco más las cosas en los mercados, que tendrán que hacer frente a un problema de liquidez relacionado con las llamadas al margen provocadas por las víctimas del desplome de las criptomonedas. Es probable que estas llamadas al margen afecten a todos los activos de papel y hagan que las próximas sesiones sean inciertas.

No obstante, hay un elemento importante que protege a los índices de una caída: el número de posiciones bajistas abiertas en el SPX está en máximos históricos. Estos picos de pesimismo suelen coincidir con los rebotes del mercado. A los creadores de mercado les encanta este tipo de configuración para iniciar estrujones cuando hay demasiadas posiciones put abiertas.

Por lo tanto, la reacción de los mercados a las consecuencias del desplome de las criptomonedas puede resultar difícil de leer.

El otro acontecimiento de la semana fue la publicación de las últimas cifras de inflación en Estados Unidos.

En octubre, el IPC se situó en el 7,7% interanual, por debajo de las previsiones.

«Creo que estamos en el punto álgido de la inflación» es el eslogan favorito de la mayoría de los observadores y gestores de carteras en pleno otoño de 2022.

Varios indicadores apoyan esta opinión:

La caída de las tarifas de transporte marítimo se está acelerando, especialmente en las rotaciones de buques entre China y los países occidentales. Es un signo de ralentización económica, pero también de embargo económico de los productos chinos. En recientes reuniones con productores mineros, he percibido una preocupación por las probables restricciones comerciales con China, en un contexto geopolítico que sin duda empeorará en los próximos meses.

Este indicador es, por tanto, el efecto acumulativo del inicio de la desglobalización y de una ralentización económica mundial. La desglobalización no es deflacionista, sino todo lo contrario. Dicho esto, una desaceleración económica mundial sería muy negativa para el precio de ciertas materias primas.

Entre estas materias primas, las más afectadas son las vinculadas al sector de la construcción. Sobre todo porque este sector ha sido uno de los motores del crecimiento de China en los últimos años.

El precio de la madera de construcción ha vuelto a sus niveles anteriores a la crisis:

Es cierto que las cifras de la vivienda en Estados Unidos están cayendo en picado. La construcción de viviendas se está desplomando a un ritmo nunca visto, ni siquiera en el punto álgido de la crisis inmobiliaria de 2008.

Pero el sector inmobiliario no es el único que sufre una caída de la actividad.

El mercado de coches usados experimenta este mes su mayor caída anualizada desde 2008, tras un espectacular aumento el año pasado:

La Fed parece haber logrado su objetivo: ¡la demanda de casas y coches en EEUU ha desaparecido literalmente!

¿Bastará esto para que la inflación baje definitivamente? Mientras al otro lado del Atlántico se plantea esta cuestión, en Europa estamos lejos de ver un descenso de la inflación.

El índice PPI, que mide los precios pagados por los productores europeos, está subiendo en todas partes. Esta es una gran diferencia con respecto a Estados Unidos, donde el índice está, por el contrario, estabilizándose.

En Italia, el IPP ha superado incluso por primera vez la barrera del 50%, lo que anuncia una subida incontrolada de los precios al consumo en los próximos meses:

Además de tener efectos devastadores sobre la actividad, la inflación persistente agrava las pérdidas de los ahorradores europeos.

Esto es aún más visible en Alemania: aunque los tipos han subido al 2%, la inflación aumenta más deprisa y los tipos reales siguen cayendo en picado. La falta de capacidad de reacción del BCE ante la inflación se está convirtiendo en represión financiera para los pensionistas y ahorradores alemanes, con un deterioro aún mayor de los rendimientos reales negativos.

Los gestores de renta fija tendrán que explicar a sus clientes cómo una inversión que se considera «poco arriesgada» puede tener pérdidas tan importantes. Tomemos el ejemplo de un cliente que ha invertido 10.000 euros en un producto de deuda pública europea (seguro de vida, por ejemplo) que rinde muy poco (menos del 2%, porque en el momento en que firmó este contrato los tipos eran muy bajos). Se da cuenta de que las pérdidas no realizadas de su inversión son importantes a final de año. Su asesor financiero le tranquilizará explicándole que si no vende, no se dará cuenta de sus pérdidas, y que seguirá recibiendo su remuneración (muy baja) de unas decenas de euros y cobrará sus 10.000 euros al cabo de diez años. Pero el asesor probablemente no le dirá que, con la tasa de inflación actual, esos 10.000 euros no valdrán mucho en términos reales dentro de diez años. Tampoco le dirá que un producto de renta fija equivalente contratado hoy rendiría mucho más, porque los tipos son ahora mucho más altos. Salvo que el cliente no podrá cambiar de un producto a otro sin darse cuenta de las pérdidas de su antiguo contrato. El cliente saldrá de la reunión con la impresión de haber sido engañado por su asesor, cuando éste no tiene nada que ver. ¡Es la víctima de una política monetaria absurda que daña la relación de confianza que tanto le costó construir con su cliente!

Esta crisis de confianza se extiende ahora al propio valor de la moneda europea.

Hay más dudas sobre la situación en Europa.

El BCE aún no ha reducido su balance. El programa de flexibilización cuantitativa aún no se ha detenido realmente. ¿Qué ocurrirá cuando Europa entre en recesión? ¿Se verá obligado el BCE a lanzar una nueva QE? ¿Cómo no prever, entonces, que el único resultado será la hiperinflación? Este es el riesgo que corren las autoridades monetarias europeas. Una situación así sería peligrosa, porque amenazaría la cohesión social y política de todos los países de la zona euro.

Ante estos riesgos, es lógico que el oro en euros rebote por encima de su línea de tendencia alcista. El precio de la onza de oro desafía ahora su próximo nivel de resistencia en 1750 euros.

En el mercado del oro físico, la Casa de la Moneda de Perth vendió en octubre la cifra récord de 183.102 onzas de oro y 1.995.350 onzas de plata en monedas y lingotes. ¡Un récord histórico en Australia!

Los salarios reales australianos están en caída libre, dirigiéndose a niveles no vistos desde 2008. Y las previsiones no indican un repunte significativo desde estos niveles.

Probablemente para hacer frente a esta pérdida de ingresos reales, muchos particulares han decidido invertir parte de sus ahorros en oro y plata físicos.

Noticia vital con relación al oro

Este valioso metal desde su hallazgo, ha sido una alternativa de pago y una forma de preservar patrimonio. Cabe destacar que este metal tan valorado carece de valor intrínseco, es valioso porque es limitado y se conserva sin problemas. Desde hace muchos años, este valioso metal se ha situado como una forma de intercambio con mucha estabilidad, y muchas naciones han elegido este metal tan valorado como su moneda de curso legal.

Este año, el oro continúa siendo una alternativa de intercambio en tendencia y una manera de guardar dinero muy valorada, y esperamos que su valor siga en alza.

Si estás interesado en comprar oro, es clave que eches un vistazo a su cotización de forma regular. Por esta razón te recomiendo que visites la sección 👉 cotización del oro en tiempo real, donde puedes encontrar la cotización en tiempo real para que puedas hacer un seguimiento detallado a este valioso metal.

Una cosa más, no olvides visitar este blog de forma regular para mantenerte informado acerca del mundo de este metal tan valorado y el resto de metales en general. Te esperamos mañana.

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